- Duración2 días
- Medio de transporteA pie, en coche
DÍA 1: PASEANDO EN MEDIO DE UN PATRIMONIO ÚNICO
Sucumbir al encanto del casco histórico
Empiece tranquilamente el fin de semana paseándose por el centro de la ciudad. Acceda a la Colegiata de San Martín cruzando la rue des Tanneurs. Por el camino le saldrán al paso tiendas donde encontrará productos artesanales auténticos y buenas direcciones de productos gastronómicos. No pase por alto la rue des Marchands y admire la Maison Pfister, monumento histórico de la ciudad.
Vivir la dolce vita en la “Pequeña Venecia”
Para dar un toque romántico a su fin de semana, cruce el puente de la Petite Venise y admire la vista más romántica de la ciudad. A continuación suba a bordo de una barca y navegue por la Petite Venise. De este modo descubrirá la ciudad desde un ángulo nuevo: lugares recónditos, vegetación exuberante, arquitectura pintoresca. Disfrutará de unos momentos de calma y tranquilidad en un decorado lleno de encanto.
Quedarse con la boca abierta en el museo Unterlinden
La grandiosidad de su arquitectura, mezcla de clásico y contemporáneo, es ya de por sí todo un descubrimiento. No deje de admirar el famoso retablo de Issenheim, situado en un antiguo convento, que marcó la historia de la pintura del siglo XVI. Prosiga la visita por una galería subterránea para descubrir la historia del museo.
Una vez haya salido de la galería, adéntrese en los antiguos baños municipales de la ciudad, que actualmente constituyen el ala contemporánea, con obras de importantes artistas como Monet, Picasso o Dubuffet. La guinda del pastel El tapiz de Guernica, de René y Jacqueline Dürrbach, una perfecta réplica de la obra de Picasso. Solo existen tres ejemplares en todo el mundo: en Nueva York, en Japón y, desde 2016, en Colmar.
Cita con la gastronomía
Para acabar bien el día, ofrézcase una cena en el muelle de la Poissonnerie. Una vez cómodamente instalado, con vista sobre los puentes llenos de flores de la ciudad, saboree unos deliciosos platos típicos como la flammenkueche o gourmet como el costillar de cochinillo cocinado al heno y disfrute del momento.
DÍA 2: PASEANDO POR LA RUTA DE LOS VINOS DE ALSACIA
Recorrer las Perlas del Viñedo
Un bonito nombre que reúne seis de los pueblos más característicos de la Ruta de los Vinos de Alsacia, a escasos minutos de Colmar. Beblenheim, Bennwihr, Hunawihr, Mittelwihr, Riquewihr, Ribeauvillé y Zellenberg. La excursión se desarrollará al ritmo de delicias culinarias y buenos vinos. Surque el viñedo y admire el paisaje, que con su belleza le hará creer que está viendo una postal. Haga acopio de energía y libertad con la llanura alsaciana y las estribaciones de la Selva Negra como telón de fondo.
Disfrutar eligiendo el “Pueblo preferido”
Descubra uno de los “pueblos preferidos de los franceses” muy cerca de Colmar. Enseguida quedará prendado por el patrimonio histórico y la localidad de Kaysersberg, cuyo paisaje es una de las más bellas herencias de la Edad Media. Haga una última escala en Eguisheim, catalogado como uno de los “pueblos más bonitos de Francia”. Le encantará este pueblo típicamente alsaciano, con sus fuentes rebosantes de flores y sus fachadas con entramado de madera que confieren a la localidad unas tonalidades intensas y vivas.
PROBANDO COSAS INSÓLITAS
Tras las huellas de Auguste Bartholdi
¿Un trocito de América en el corazón de Colmar? Déjese guiar por las huellas de Auguste Bartholdi, un ilustre escultor originario de Colmar, autor de la Estatua de la Libertad.
Empiece el recorrido en la casa natal de Auguste Bartholdi, que alberga en la actualidad el museo que lleva su nombre. Su obra se compone de esculturas, pinturas, dibujos y fotografías. Después, salga en busca de las obras del artista diseminadas por la ciudad: Los grandes pilares del mundo, la fuente Schwendi o la estatua del General Rapp. Antes de salir de Colmar, no deje de pasar ante la réplica de la famosa Estatua de la Libertad, con sus 12 metros de altura.
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